Muchas veces la televisión distorsiona la realidad. Por eso hay que verla con cuidado.

Problemas de Memoria

El sábado 5 los peruanos sentíamos que vivíamos en el país de las maravillas. Una boda cuasi real protagonizada por el tenor peruano Juan Diego Flórez y la ex modelo australiana Julia Trappe reunió en la puerta de la Catedral de Lima (abierta especialmente para la ocasión) a más de tres mil personas, de los que estamos seguros ni la cuarta parte jamás ha ido a una ópera. No sólo eso, TVPerú Canal 7 lideró el ranking de sintonía en su horario con la transmisión en vivo y en directo del gran acontecimiento (en el segmentó AB llegó a registrar más de 20 puntos), un hecho nunca antes visto en toda la historia de Canal 7.

El mismo día, no muy lejos de la Plaza de Armas, en el Parque de la Muralla, se realizaba el Festival por la Memoria, en que organizaciones civiles trataban de recordar a los peruanos los diez años de dictadura fujimontesinista iniciada justamente un 5 de abril. Claro, este evento tuvo poca o casi ninguna cobertura, porque intentar refrescar la memoria a los televidentes sobre este tipo de cosas no da rating.

Mientras tanto durante la semana, Umberto Jara, señalado como testigo clave en el juicio a Fujimori, se convertía en un paladín de la prensa independiente. Sólo Beto Ortiz en su programa “Enemigos íntimos” se atrevió a hacer un ejercicio de memoria para recordarnos quién era realmente este individuo que dirigió “Hora 20”, uno de los programas más vergonzosos de la televisión peruana, cuyo contenido según confesión del propio José Francisco Crousillat (en entrevista a Ortiz), era decidido en el SIN.

Pero somos desmemoriados hasta de las cosas que reclamamos. Hace apenas unos días (cuando estalló el escándalo de Laura Bozzo) era consenso que el rating no debería ser el único criterio para que los anunciantes decidan qué programas auspiciar y, de repente, se arma todo un alboroto porque RBC ha conseguido algo de publicidad estatal (el 3.98% de toda la torta publicitaria de organismos públicos). El asunto ha llegado tan lejos que el Congreso ha citado a Jorge del Castillo, presidente del Consejo de Ministros para que explique por qué se le ha asignado esa cuota publicitaria al 11.

El argumento principal es que RBC no tiene rating (ni siquiera lo mide Ibope) –el hecho de que Miguel del Castillo, hijo del titular de la PCM, trabaje en esa televisora, es totalmente subjetivo–. ¿Y no reclamamos siempre calidad sobre cantidad? Lo que tienen que hacer los ejecutivos de RBC, en todo caso, es demostrar que tienen, tendrán, o tienen intención de tener programas de calidad, pero ese ya es otro tema. (Patricia Salinas)