Inteligencias e investigaciones (Caretas 2066)

jueves, 19 de febrero de 2009

Inteligencias e Investigaciones

Reporto novedades, inminencias y también probabilidades. Espero que no les moleste prolongar el respiro respecto de los petroaudios para examinar parte de ellas. Unas parecen importantes y todas tienen interés. En primer lugar, aunque no se movió el encefalograma nacional, todo indica que tenemos nuevo jefe de inteligencia. El coronel (r) Héctor Bertrán, a quien al final se le perdían hasta los cuadernos, dejó el puesto de jefe de la DINI (ex CNI, ex SIN), luego que el vendaval del chuponeo lo encontró sonámbulo. Dirán, claro, que la misión de la DINI no son esas minucias sino la “inteligencia estratégica”, que suele ser una forma de describir el arte de leer, recortar periódicos y vestir la inutilidad con empaques de importancia.

El sucesor de Bertrán y nuevo jefe nacional de inteligencia es el general PNP (r) Danilo Guevara. El problema es que hasta ayer, Guevara era viceministro del Interior y su salida es involuntariamente elocuente.

Lo primero que revela es que Alan García no le va a dar mayor importancia a la DINI. La pobre institución languidece hasta mostrar que no solo no encuentra la información sino tampoco la ortografía, como demuestra en el portal del Estado (donde describe su misión como el “…desarrollo de la provición (sic) de inteligencia estratégica precisa, confiable y oportuna”).

El general (r) Guevara seguramente va a corregir las faltas de ortografía y gramática en la DINI, lo cual no es poco, pero quizá no sea suficiente. Guevara es una buena persona, cuya capacidad para redactar discursos institucionales está claramente documentada.

Como viceministro del Interior, la presencia de Guevara fue virtualmente fantasmal. Pero fue, eso sí, un fantasma pertinaz y silencioso, que sobrevivió a un ministro y que es casi seguro que se llevará con él a otro.

Guevara le fue impuesto como viceministro a Luis Alva Castro, durante la desafortunada gestión de éste. Alva Castro nunca le permitió desempeñarse como viceministro y, no pudiendo botarlo como deseaba hacer, lo aisló en su escritorio. Encapsulado y silencioso, Guevara aguantó desaires burocráticos y terminó sobreviviendo a Alva Castro.

Luego vino el sorpresivo nuevo ministro Remigio Hernani, y Guevara debió apelar nuevamente a su capacidad de integrarse al feng-shui de Córpac, mientras Hernani se dedicaba a cumplir con su largamente acariciada lista de revanchas.

Alguno pensaría que esa capacidad fantasmagórica no deja de ser adecuada para las labores de inteligencia. Recuérdese a “M”, ¿por qué no “G”? Además, los lectores de Le Carré reconocen en el rostro regordete, miope, aparentemente confuso de George Smiley al epítome del espía verdaderamente inteligente, que pese a sus contrasuelazos personales, encuentra al final el camino de la victoria.

Espero que en su nueva invisibilidad, esta sí justificada, el general Guevara tenga éxito, pero para lograrlo tendría que revolucionar la DINI. Es decir, convertirse en un fantasma enérgico y audaz. Él va a ocupar (o ya ocupa, cuando lean el artículo) el puesto para el que fue recomendado hace no mucho tiempo Elías ‘chito’ Ponce, nada menos que por apristas prominentes, que veían en él un operador eficaz a diferencia de los vacuos palabreros de la DINI. (Que Ponce hubiera sido eficazmente montesinista, parte de su aparato y que estuviera implicado en desapariciones con el SIE y gente del grupo Colina, parece haber importado poco en esa recomendación felizmente desatendida).

Pero el hecho es que en el Perú de ahora, el Estado necesita en inteligencia mentes estratégicas con capacidad táctica, buen entrenamiento y buenos reflejos. Como la que pudo poner en juego la Dirandro cuando se lanzó a identificar, vigilar, seguir, penetrar y capturar a la organización de chuponeadores de ‘chito’ Ponce, que pese a su pretendida eficiencia, ni se percataron de ser vigilados hasta el momento de su captura.

Es poco probable que Guevara logre hacer eso con la DINI; y la Dirandro debe dedicarse a su papel principal en la lucha antidrogas, donde hay avances puntuales en medio de un retroceso estratégico: hoy se produce, se elabora y se exporta más droga que antes.

Entonces, lo más probable es que se produzcan cambios importantes en el Ministerio del Interior en estos días. Remigio Hernani ya no es un ministro viable y la pregunta no es si se queda o no, sino cuándo se produce el cambio y quiénes ingresan como nuevo ministro y, probablemente, como nuevo jefe de la Policía.

Hay varios nombres propuestos, barajados o sugeridos para ministro: algunas ideas son delirantes, como la de proponer al ex jefe de la PNP, Octavio Salazar, para el puesto. Pero aquellos nombres que suenan probables son los de tres apristas y un independiente: Luis Gonzales Posada, Mercedes Cabanillas, Aurelio Pastor y Rómulo Pizarro.

En cuanto a la dirección de la Policía, hay básicamente dos nombres en liza: los de los generales PNP Luis Henríquez y Miguel Hidalgo. Lo más probable es que este último sea el nombrado. Dependerá, hasta cierto punto, de quién sale designado como nuevo ministro, pero es también casi seguro que éste (o ésta) recibirá una enfática recomendación respecto de quién debe conducir la PNP.

El general Hidalgo estudió en el CAEN junto con el actual comandante general del Ejército, Otto Guibovich; y hasta donde sé, hay amistad y cercanía entre ambos oficiales. Eso puede ser importante para colaborar con eficacia en acciones conjuntas (como de interdicción de rutas del narcotráfico, por ejemplo) y en asegurar la estabilidad del Estado democrático.

Se vienen tiempos complicados en varios frentes. Por eso, la importancia de tener funcionarios capaces, con una visión coherente en la seguridad del Estado, es fundamental.

¿Coherencia? ¿En este gobierno? Veamos algunas de sus últimas medidas. Cualquiera que no ande perdido en Lalalandia percibe que el narcotráfico está creciendo y que eso es muy peligroso, como puede preguntar, si hay alguna duda, en Tijuana, Culiacán o Nuevo Laredo. A la vez, se sabe que hay un grupo no muy grande pero eficaz de policías, fiscales y procuradora que han golpeado a las principales organizaciones acusadas o sospechosas de narcotráfico organizado. Entre ellas, las de Fernando Zevallos, los Sánchez Paredes y Luis Valdez Villacorta. En el último caso, la parte central de la investigación es sobre lavado de dinero, la parte final del ciclo del narcotráfico.

La procuradora antidrogas Sonia Medina es la que ha llevado y lleva estos casos. Medina es experimentada, treja y eficaz. Uno imaginaría que el Estado buscaría reforzar su trabajo.

Pero un nuevo dispositivo legal, la Resolución Suprema 029-2009-JUS, aprobado este 4 de febrero, nombra un nuevo procurador encargado de investigar los casos de “lavado de activos y pérdida de dominio”.

Suena inocuo, pero no lo es. Si uno corta en dos la investigación del narcotráfico y pone por un lado la de drogas y por el otro la de lavado de dinero, condena al fracaso el esclarecimiento de varios casos complejos. En los de Zevallos, Valdez y Sánchez Paredes, la investigación de drogas y de dinero ha ido, como es natural, junta, porque droga y dinero son partes sucesivas de un mismo proceso.

Si se corta la integridad de la investigación, se la mutila. Y eso es lo que pasaría si se le quita a Sonia Medina, la procuradora, el investigar el lavado de activos en los casos de narcotráfico que sigue. Es, al fin, una manera de sabotear las investigaciones.

Le pregunté a la ministra de Justica, Rosario Fernández, sobre las razones de esa barbaridad. Admitió que la nueva Resolución Suprema va a escindir la investigación, pero añadió que “todavía no se ha implementado nada”. Sobre los casos pendientes, dijo que “no tendría mucha razón quitarle los casos de Valdez y Sánchez Paredes a Sonia Medina… ella se queda con los casos que tiene”.

Entonces, ¿por qué se dio la medida?

No hay nada que hacer. Este es un gobierno democrático en una región donde se ataca la democracia, y por eso hay que defenderlo, aunque a veces se destiemplen los dientes en el proceso. Pero para defenderlo, hay que investigarlo. Cuanto más se lo investigue mejor se lo defenderá.

Posted by Roberto at 9:09  

2 intruso(s):

Compañero sanmarquino, limítese a reportar la información y no opine sobre temas que no conoce (específicamente el concepto de "inteligencia estratégica"), un saludo.

Anónimo dijo...
25 de febrero de 2009, 20:59  

Compañero, el texto en mención es de Gustavo Gorriti. El sí opina sobre temas que conoce. Un saludo.

Roberto dijo...
16 de marzo de 2009, 4:30  

Publicar un comentario