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Educación :::: Piloto en las alturas de Canta introduce a primera generación de peruanos en la aventura del milenio.

Chicos Chip

Chicos cibernéticos en la Cordillera de la Viuda. El colegio Apóstol Santiago fue elegido por Educación para su programa Una Computadora por Niño.
En el caserío de Arahuay, en las alturas de Canta, apenas llega la solitaria señal del Canal 5. Sin embargo, en la escuela del pueblo, llamada Apóstol Santiago, la conexión a Internet es directa e inalámbrica. “¡Allí está: Gokú!”, muestra Denis (10) los figurines que encontró en la Web con la búsqueda en Google.

En sus manos, lo que parece un juguete de plástico es una computadora portátil, cuyas maravillas empezó a descubrir en las últimas semanas.

La escuelita Apóstol Santiago fue seleccionada por el Ministerio de Educación este año para el primer piloto del ambicioso proyecto Una Laptop por Niño-Perú. Así, cada alumno de primaria ha sumado a sus escasos útiles escolares una laptop personal. En total, 46 máquinas fueron donadas por la organización no lucrativa One Laptop Per Child (OPLC), a la que se le ha metido entre ceja y ceja dotar de computadoras portátiles a los niños más pobres del planeta. También se las experimenta en Estados Unidos, Brasil, Argentina y Uruguay, entre otros países. Este es el primer plan piloto en el Perú.

La computadora cuesta US$ 175 y aspira a bajar a US$ 100 en el 2009. “Está diseñada para ser usada por niños en zonas rurales”, explica la especialista María Mendoza, de la Dirección de Tecnologías Educativas –ex Proyecto Huascarán–, del Ministerio de Educación. Tiene una batería de entre tres y seis horas de duración, antenas inalámbricas y es fiel al castigo. Utiliza el sistema operativo Linux –que no cobra licencia–, procesador de 433 Mhz. y memoria RAM de 128 MB.

Arahuay, a 2,600 m.s.n.m. y rodeado de cerros empinados, fue elegido por su cercanía a Lima y porque contaba con una antena VSAT para conexión inalámbrica a Internet, plataforma que instaló Huascarán durante el gobierno de Toledo. En todo el Perú, 168 antenas VSAT sirven a los colegios más alejados.

Las máquinas tienen procesador de textos, programa de dibujo, cámara fotográfica, de video, grabador de audio y otras aplicaciones.

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“Lo complementamos con nuestro material tradicional”, explica la maestra Erika Velasco, del primero y segundo grado. “Usan la calculadora para comprobar las operaciones que les dejamos en una ficha o buscan las ilustraciones para sus trabajos de ciencias naturales”.

El mago detrás de esta propuesta de revolución cibernética es el norteamericano Nicholas Negroponte, director de OLPC. En junio pasado, estuvo en Lima y fue distinguido como Doctor Honoris Causa por la Universidad de San Martín de Porres. En una nutrida conferencia, explicó su propósito: “Cada niño tiene su laptop, que utiliza en el aula y en casa. Es una herramienta para pensar, jugar, escribir o sumar, más poderosa que cualquier otra”.

Según Velasco, el piloto es un éxito en el Valle. Los niños que dejaron la escuela están volviendo y otros piden su traslado al Apóstol Santiago. Varios que antes eran retraídos, hoy comparten con gusto sus hallazgos.

¿Pronto en el Perú?
El proyecto piloto en Arahuay empezó el 18 de junio y terminará en diciembre. Un grupo de especialistas del ministerio, entre los cuales estuvo Mendoza, vivió en la zona por 22 días, asesorando a las maestras en el manejo educativo de las laptops. Ahora hacen visitas de observación cada quincena. Se espera que el próximo año, el programa empiece a aplicarse de manera masiva en el ámbito rural.

“Estamos en etapa de estudio. No hay nada definido, pero evaluamos varias alternativas. Esto para modernizar la educación. Los nuevos modelos pedagógicos inciden en las tecnologías de la información y en la inclusión. Y se tendrá que capacitar al maestro, que también evaluamos”, afirma el viceministro de Gestión Pedagógica, Idel Vexler.

El proyecto también recibe el apoyo de especialistas de la Universidad de San Martín de Porres.

El propio ministro de Educación, José Chang, planeaba visitar Arahuay, pero estalló la huelga del SUTEP y se lo impidió. “Lo esperamos para que se alegre con los logros de nuestros niños”, declaró sacando pecho el director Guillermo Lazo. “Y celebrarlo con una buena pachamanca”, agrega con un guiño. (David Pereda Z.)