Encuesta :::: Estudio revela opinión de limeños sobre aborto, homosexualidad y educación sexual según sus opciones religiosas.

Sexo y Religión

Versión facsimilar de nota impresa

Francés Jean Bauberot y mexicano Roberto Blancarte asistieron en Lima a tercer curso internacional sobre libertades laicas.

¿Bajo qué luz hay que interpretar el debate actual sobre laicismo en el Perú si se entiende éste por un Estado que respeta la actividad de las iglesias pero es independiente de ellas para formular sus políticas?

Resulta que hay más de un interruptor.

Blancarte explica que “hay este triángulo entre conciencia, individuo e iglesia. En estados más o menos laicos ha sido el Estado el que ha tenido que intervenir para proteger la conciencia del individuo frente a las presiones de la iglesia mayoritaria. Históricamente venimos de una alianza entre el Estado y la Iglesia que iba en contra de las libertades. Los individuos no eran libres de escoger su religión y esto ha sido válido para otras libertades. Derechos tan simples como el derecho de una mujer para comprar un anticonceptivo en la farmacia de la esquina es un derecho que el Estado ha garantizado en contra de la presión de las iglesias. Por eso la alianza entre el Estado y la Iglesia suele ser nociva”.

La discusión actual sobre la laicidad pasa por minorías, multicultularidad, opciones sexuales y derechos reproductivos. Una mirada al programa del mencionado curso da cuenta de la confluencia.

La encuesta realizada por el Grupo de Investigación sobre Religiosidad y ciudadanía de la Red de Libertades Laicas ofrece resultados reveladores (ver cuadros). Los entrevistados, calificados según su tendencia religiosa, se muestran muy reticentes a posibilidades como la del matrimonio homosexual y la legalización del aborto. Otras encuestas, como las realizadas por la Universidad de Lima en los últimos años a propósito del Día de la Mujer, muestran que, confrontados ante situaciones más complejas, como el riesgo de muerte de la gestante, los capitalinos se muestran mucho menos inflexibles.

Ejemplo al canto: estamentos de la Iglesia Católica vienen ejerciendo intensa presión para que no se reglamente el aborto terapéutico, aquel que de no practicarse puede terminar con la vida de la mujer o provocarle daños permanentes, reconocido por el Código Penal desde hace 80 años. CARETAS ha expuesto algunos dramáticos casos y ahora se conoce el de Benedicta Choque, una arequipeña de 36 años que murió el último abril tras cuatro meses de gestación. Choque sufría de una condición cardiaca que empeoró con el embarazo. En el hospital regional Honorio Delgado, donde se atendía, nunca le ofrecieron la opción de terminar legalmente con el embarazo, sencillamente porque no hay un protocolo en vigor.

Bauberot (67) es el fundador de la sociología de la laicidad y caballero de honor de la Legión Francesa. Fue consejero de la ex ministra Ségolène Royal, luego candidata a la presidencia, en materias de educación a la ciudadanía. También integró la comisión Stasi, convocada por el ex presidente Jacques Chirac para discutir sobre el principio de laicidad en Francia, cuando el debate sobre el uso del velo islámico y cruces en los colegios marcaba su temperatura más alta.

Bauberot, él mismo un protestante, defiende la escuela como campo laico y se refiere a la compleja cuestión de la migración. “Hoy las personas pueden permanecer en contacto con sus países de origen incluso si esos países están a miles de kilómetros, incluso tener casetes de predicadores de Arabia Saudita, mientras hace 50 o 100 años estaban obligados a adaptarse al contexto tal y como llegaban. Tienen derecho pero eso quiere decir que la escuela debe educar mucho más en el espíritu crítico que esos medios de comunicación. Me parece que todo el mundo será beneficiario de ello porque incluso los niños franceses deben aprender a tener una relación crítica con el Internet y los demás medios. Eso es lo más importante para luchar contra el integrismo”.

Expresa interés en las posturas de los evangélicos peruanos, lo que se ha convertido en una variable en la temática del laicisimo a partir de la emergencia de estas iglesias. El censo del 2006 en el Perú ya registraba un 11% que declaraba dicha filiación. La mencionada encuesta los muestra en una tónica más conservadora que la de los católicos. Al respecto, Bauberot considera que “el problema de la Iglesia Católica es la idea de moral natural de la cual es guardiana. Los evangélicos son por lo general born again –‘nacidos de nuevo’– y puede significar que aceptan una moral para ellos y otra para quienes no se han convertido. Me invitaron hace poco a uno de sus congresos y les dije, tengo que prevenirles, ustedes tienen el derecho de condenar la homosexualidad en el seno de su iglesia pero deben aceptar que los homosexuales puedan casarse bajo leyes civiles. Como no quiero hacer una provocación se los digo de antemano. Lo discutieron y mantuvieron su invitación”.

El incremento de influencia evangélica en el Perú se expresa en el proyecto de ley de Libertad e Igualdad Religiosa 1008/2006-CR, cuya discusión estaba programada para el final de la legislatura que terminó por complicarse. El proyecto presentado por la bancada aprista fue patrocinado por la congresista Mercedes Cabanillas y contempla algunos artículos que prendieron alarmas en el evento del colegio Belén. Violeta Barrientos, coordinadora de la Asociación de las Libertades Laicas, se refiere sobre todo a la intención de convertir a las entidades religiosas en “personas jurídicas de derecho público, como el Estado y los gobiernos regionales”.

El otro factor en cuestión es el del régimen patrimonial, que declara inembargables a los bienes de las iglesias, que a su vez se verían inafectas a los impuestos a la renta, de alcabala, predial y vehicular. Tampoco las donaciones ni las importaciones de bienes pagarían tributos. “Son privilegios”, considera Bauberot. Barrientos añade que lejos de acercarse al laicisimo, los evangélicos “buscan igualarse con la Iglesia Católica. Sería un Estado pluriconfesional”.

El mexicano Blancarte insiste en practicar “un ejercicio de comprensión: no se trata de intervenir en la vida interna de las iglesias sino que es el marco general para respetar nuestras propias libertades”. Una vuelta de tortilla que a muchos no sabrá tan bien. (Enrique Chávez)